2006-05-15 |
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Tan pronto el carro hubo de encender, luego de dar la vuelta al parque, pasar inocentemente junto a la cruz roja, manejaba a casa. Cabeceaba, sonreía, esbozaba una caricia al aire, a la imaginación. Pensaba en la magia, pensaba nuevamente en las cosas maravillosas del fin de semana. Meditaba sobre el fin de semana que empezó a las dos de la tarde del que parecía un taciturno sábado seis. Irradiaba paz ese fin de semana, a partir de él, conscientemente brillaba con luz de intensidad indefinible, luz propia finalmente. Entonces, para no caer dormida, cuidaba las líneas del pavimento, las contaba y animada veía los dibujos que en ellas habían formado las llantas quemadas. De pronto, en la gasolinera quedó el carro abierto con el motor apagado, emocionado, un operador miraba curiosamente. Sonrió. Ofuscada como si cayera, la mariposa mental voló. Dentro del oxxo, buscaba agua, fría un poco más de medio litro tal vez, bonafont de preferencia, seis pesos y de nuevo andando en camino, el semáforo estaba en rojo y a lo lejos varios vagones tristemente cansados nada más en línea recta avanzaban al norte, sin fe, monótonos, tristes, oxidados. Tras un breve sorbo, lento y entretenido, veía el tren avanzar, los semáforos en rojo, y olvidando por un par de segundos el tsuru azul metálico de a lado, escuchaba "Foolish games", tarareaba la entrada y cantaba "You're always the mysterious one with dark eyes and careless hair…" Sonreía imaginando sus oscuros ojos profundos, realmente nostálgica, quería estar a su lado, viéndolos de muy cerca aunque estuvieran cerrados, durmiendo tranquilos. Un instante después, parpadeaban de nuvo los semáforos y los verdes sincronizados encendían. Intentaba no cabecear, o hacerlo menos y al alcanzar la curva, pensando en la velocidad, entre escasos árboles, escasos conductores, aceleraba, disminuía y cuidaba los carros que a lo lejos, rápidamente se acercaban. Luego, la línea recta fue disminuída a un suspiro, luego solamente olvidaba cabecear pensando en las dos izquierdas que faltaban. Cuando el motor se detuvo, ¿el tiempo lo hizo también? Nació la duda, nació la pregunta y casi instantáneamente respondía: Yo sí.
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posted by Ana Torri @ 5/15/2006 04:54:00 p.m.
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1 Comments: |
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Bastante ingenioso tu texto y muy descriptivo, sin duda debió ser un muy buen momento.
Un abrazo.
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Bastante ingenioso tu texto y muy descriptivo, sin duda debió ser un muy buen momento.
Un abrazo.