No voy a hablar ni de partidos políticos o cualisiones ni de representantes electorales ni nada por el estilo, somos muchos y ya muchos han tocado el tema, cada uno con su respectivo punto de vista y yo mejor me guardo el mío.

Solo diré lo que pasó ayer que sí fui a votar. Iba a la secundaria donde siempre por algún extraño motivo huele a muerto, siempre, siempre; así que iba yo enfundada en mis negros todoterreno, con pantalón de mezclilla al más puro estilo cómoteextrañodécadadelosnoventas, blusa negra deslavada y en los oídos U2 entonando "Nobody else here baby, no one here to blame...". Cabe mencionar que la casilla que le corresponde a mi calle siempre se ha movido, este año fue algo así como de una u otra forma, la excepción. En el lugar había dos casillas, la de la A a Loya y la de la M a la Z, una más estaba ubicada en la escuela VicenteRivaPalacio, en otra colonia, así que los que no estuvieran en la primera o en la segunda, seguro estarían en la tercera.
Cuando llegué, leí lo anterior y me formé en la fila de la primer casilla, mi pensamiento era el siguiente: "Me llamo Ana, mi nombre empieza con A... y mi apellido también, así que debo estar en la A", me formé en la fila más larga y esperé y esperé y avancé al ritmo de "Like anyone wouldbe I am flattered by your fascination with me". Cuando se acabaron las dos canciones que siguieron llegué a la puerta y escuché: "Andrade Campos Maria Estela... Andrade Campos Maria Estela... Andrade..." y me quedé patinando hasta que me cayó la gota en el coco y me dije "Pendeja!! El primer apellido empieza con T... Torri A... Ana..." Y cuando dijeron siguiente, la siguiente con la cola entre las patas dio media vuelta y se fue a la casilla vacía, la de la M a la Z, donde la T queda en medio.

Finalmente voté por el gordito para diputado federal y es todo lo que diré.